Dentro de los cuidadores, existe un grupo que posee una triple sobrecarga; el de ser cuidador, el de ser discriminada socialmente por su género ya que tristemente, el ser mujer en éste país y en otros tantos equivale a una garantía estadistica de ser cuidador único, incluso en familias con varios hermanos, y el ser persona mayor.
A este fenómeno se le viene llamando el síndrome de la abuela esclava. Se trata de personas mayores, mujeres en su inmensa mayoría, que por diversas razones cuidan de sus nietos o de sus familiares dependientes de forma exclusiva, hecho que genera responsabilidades y habilidades tanto psicológicas como físicas, que en muchas ocasiones, están por encima de sus posibilidades.
Obviamente, esta situación conlleva serias secuelas, tanto físicas (hipertensión arterial, cansancio, debilidad y varias dolencias paroxísticas, como por ejemplo dificultad para respirar, desvanecimientos, etc.) como psicológicas (ansiedad, tristeza, anhedonia, sentimiento de culpa por su malestar, etc)
Este fenómenos es más frecuente en nuestra sociedad de lo que estaríamos dispuestos a admitir y está calificado por la OMS como maltrato.
Evidentemente, esta situación se da cuando se percibe una excesiva y sistemática delegación en los abuelos de determinadas tareas que deberían ser realizadas por otros miembros de la unidad familiar. A esto se añaden los valores asumidos por las personas que sufren este síndrome, derivados de una concepción androcéntrica del hogar y del cuidado del mismo. Para estas personas, es su deber cuidar de las personas que lo necesiten "mientras el cuerpo aguante", sintiendose responsables permanentes del cuidado de la familia, addemás de ser una mal entendida forma de sentirse útiles a la misma.
Por estas razones, se llevaron a cabo las primeras experiencias orientadas a combatir este síndrome. Así, la diputación comenzo en el 2006 las primeras experiencias piloto en cinco municipios; hoy día, este proyecto está presente en 38 municipios
El perfil típico de las asistentes al programa es de una mujer de entre 45 y 79 años, sin actividad laboral fuera de su hogar y con algunos problemas incipientes de salud, tales como osteoporosis, dolores, articulares, fibromialgias no diagnosticadas y sindromes del cuidador, depresión, etc.
El programa estará en marcha hasta diciembre de este año. La inscripción es gratuita para todas aquellas mujeres que deseen formar parte de esta enriquecedora experiencia. Podeis informaros en los servicios sociales de vuestras respectivas poblaciones o en centros cívicos y culturales, así como aquí.
El programa cuenta con un servicio de ludoteca.
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