Bancos de Tiempo

Hola a todos,

En la teoría (llámese conferencias, simposios, cursos o másteres/expertos) se habla mucho del envejecimiento activo, y de promover la autonomía de las personas dependientes. En ocasiones ocurre que la terminología se repite con tanta asiduidad que parece perder su sentido. Y sin embargo, la práctica, o su ejercicio, resulta mucho más dura, porque la sobrecarga de realidad que conlleva.

Esto es lo que ocurre con una de las mejores ideas que se tuvieron, en la primera mitad del siglo XIX, de la mano de un señor muy inteligente llamado Josiah Warren fue el concepto del Banco del Tiempo. En él, la moneda de cambio es el tiempo y las habilidades que cada uno tiene para ofrecer. A cambio, tiene derecho a recibir el servicio (en unidades de tiempo) de otra persona para solventar un problema o recibir ayuda para aquello que no puede hacer o no tiene facultades para realizar correctamente.


Llevada esta realidad a nuestros días (y a la penosa circunstacia que vivimos con la actual crisis económica) los bancos de tiempo se perfilarían como una de las mejores soluciones para personas mayores y parados desocupados, ya que en ambos casos, se propugna la actividad, el intercambio de conocimientos y la creación de redes sociales, tan útiles para prevenir actitudes nihilistas o depresivas. Asimismo, contribuye a reactivar los intereses "olvidados" o nunca realizados debido a la falta de tiempo o la carga de responsabilidades que nuestros mayores tenían en su pasado, amén de una potenciación de la autoestima, ya que debes aportar algo a los demás y por tanto implica ser de utilidad. Por suspuesto, no se debe olvidar su vertiente altruista, ya que los bancos de tiempo tienen el denominador en común de estar compuestos por grupos de personas dispuestas a confiar en los demás para resolver problemas de la vida diaria o inquietudes.

La realidad, no obstante, también es cruda. Y es que aunque los bancos de tiempo son una gran oportunidad, aquí muchos de ellos mueren de inanición por falta de fondos. La razón es que esta idea, como muchas otras iniciativas sociales, se alimenta de subvenciones públicas. Muerta la subvención, muerto el proyecto. Esto es lo que ha ocurrido con la estrella de estos proyectos en internet, Kroonos.org, que pasó a mejor vida por un monto de 1700€, que nunca llegó.
Y es que, por qué no decirlo, iniciativas de este tipo se basan en una fuerte noción de comunidad y ciudadanía, y lamentablemente la gente esta mucho más dispuesta a obtener que a ofrecer. 

Sin embargo, no hay que ser totalmente negativo; hoy por hoy muchas iniciativas estan saliendo adelante. Uno de estos casos se encuentra en Almería, con un banco de tiempo exclusivo por y para mayores, además de algunas páginas en internet que se hacen eco de esta interesante y constructiva forma de entender las redes sociales (Vivir sin empleo.org, y comunitats.org)



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