Hola a todos,
En la teoría (llámese conferencias, simposios, cursos o másteres/expertos) se habla mucho del envejecimiento activo, y de promover la autonomía de las personas dependientes. En ocasiones ocurre que la terminología se repite con tanta asiduidad que parece perder su sentido. Y sin embargo, la práctica, o su ejercicio, resulta mucho más dura, porque la sobrecarga de realidad que conlleva.
Esto es lo que ocurre con una de las mejores ideas que se tuvieron, en la primera mitad del siglo XIX, de la mano de un señor muy inteligente llamado Josiah Warren fue el concepto del Banco del Tiempo. En él, la moneda de cambio es el tiempo y las habilidades que cada uno tiene para ofrecer. A cambio, tiene derecho a recibir el servicio (en unidades de tiempo) de otra persona para solventar un problema o recibir ayuda para aquello que no puede hacer o no tiene facultades para realizar correctamente.